Durante la semana de Carnaval se nos ocurrió realizar una obra de arte en la que pudiéramos mezclar colores. Decidimos por consenso decorar una máscara pero... ¡al revés!
Y así lo hicimos. Fijamos suavemente una plantilla de una máscara y libremente estampamos con cuatro colores básicos que se convertían en otros al mezclarse. Un poquito de purpurina y ¡tachán! al levantar la plantilla la máscara nos había quedado blanca completamente.
Y por si no la conocéis, esta es Doña Patarrona, una señora muy particular que cada día nos pedía "cosas locas": venir al cole en pijama, con zapatos diferentes, la ropa al revés...
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